sábado, 27 de octubre de 2018

Imágenes de mujer, trama y técnica en Puertas adentro de Lilia Lardone.



Imágenes de mujer, trama y técnica en  Puertas adentro  de Lilia Lardone.

Este ensayo crítico fue una ponencia de las Jornadas sobre Escritores de Córdoba y posteriormente publicado en el libro Confines de la mirada: un espacio para la Literatura de Córdoba. Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Letras N 4, Año 2007.
 Puertas Adentro Lilia Lardone - $ 150,00 en Mercado Libre.




Abstracts.
 “Un texto de temas y relaciones...Está fundado en una idiosincrasia de gente con los pies en la tierra,,,[...]...Impugno a la institución familiar sólo cuando tiene doble discurso, los vínculos no se establecen por la sangre ni haciendo sacrificios de sí. Se construyen diariamente, con una relación de ida y vuelta que admite discusiones, pero siempre con la mirada en el otro...”-según palabras de la autora- es la saga familiar de los Ferraro, sus vidas, sus conflictos, represiones, sueños, pequeñas victorias y decepciones en lo personal. En la novela la matriarca digita todos los papeles de las otras mujeres. A partir del análisis de los personajes femeninos de la novela se abordarán los principales rasgos que suelen señalarse como propios de la novela femenina en cuanto a los motivos, la construcción, el discurso y el sentido: predominio de un realismo psicológico, un indagar en el inconsciente para encontrar el propio “yo”; visión crítica de la mujer; lo interior predomina sobre lo exterior; relato en primera persona (monólogo interior); lenguaje interior; estructuras sintácticas más libres; aprehensión sensorial del propio mundo; relación con el propio cuerpo; importancia del recuerdo, la memoria, el tiempo cualitativo por oposición al cuantitativo del hombre; el protagonista femenino es el principal; lo matri-lineal, las relaciones madre-hija, abuela-nieta; la liberación del subconsciente a través del sueño o de las pesadillas; imágenes y símbolos(el volar,  pájaros,  puertas,  ventanas,  espejos,  casa,  color azul); el mundo ficcional suele incorporarse en el mundo empírico de la autora.
Las protagonistas femeninas (Ottavia, Tina, Milena, Tesa, Celina, la hermana de Tesa) son diferentes “imágenes de mujer” , con diferentes grados de uso de la libertad, reflejadas en primera persona (monólogo interior) u objetivadas en tercera persona (narrador omnisciente) o bien haciendo oír su voz en diálogos escasos. Son mujeres con “grados de autonomía” diferentes. Ottavia y Milena, sumisas, acatan las convenciones sociales de la época pero no se rebelan, no intentan cambiar su situación. Tina transgrede el orden simbólico patriarcal y social y es echada por la madre de la casa con su novio y abandona a su hija; es la “descastada”. Tesa , es la “mujer autodeterminada” – la “tercera mujer” según Giles Lipovetsky – que se gobierna a sí misma sin las ataduras sociales preestablecidas. Celina y la hermana de Tesa han sido criadas con más libertad, sin tantas restricciones. Tesa y Celina serán la “mujer indeterminada” de Lipovetsky, ya no subordinada al hombre, ya no definida en relación con él; es la mujer que se ha ganado su lugar en el mundo.
Como lectores decimos que a la autora le interesa mostrar no sólo una vida, la historia de un personaje o personajes sino los efectos psíquicos en cada uno de ellos. Importa más el cómo se ha vivido que la historia por la historia misma. Y lo hace desde una perspectiva más intuitiva, afectiva y vivencial que discursiva. Recuerdos vividos, transferidos de generación en generación que han dejado huellas en su vida y en nuestras propias vidas. De allí que la autora transfiera su compromiso al lector; ya no somos lectores-observadores distantes sino comprometidos, partícipes de la historia narrada. En el relato en primera persona, en el lenguaje interior, en el realismo psicológico, en la visión subjetiva, en el mundo ficcional que parece inspirarse en el mundo empírico de la autora y en su visión crítica de la mujer , decimos que Puertas adentro se encuadra dentro de los motivos, construcción, discurso y sentido de la novela femenina.



                                                                                                                                               ¿Qué pájaros inventas para ti mismo?
      Joseph Brodsky



Lilia Lardone refiere a Puertas Adentro diciendo: “Impugno a la institución familiar sólo cuando tiene doble discurso ...La voz en esas sociedades la otorgaban el dinero y el poder. Por más que la mujer sostuviese con su trabajo toda la estructura familiar, si el hombre tenía el dinero, tenía la voz. Como defensa la mujer conservaba el manejo de las tramas familiares. En la novela la matriarca digita todos los papeles de las otras mujeres. “La mamá tiene razón”, así empieza el libro....[...]...En ese ámbito, lo femenino es lo privado, todavía. Es la esfera en la que ocurren los hechos más fuertes de la vida de las mujeres”(1).
Será a partir del análisis de los personajes femeninos que intentaremos abordar los principales rasgos que se señalan como propios de la novela femenina en cuanto a los motivos, la construcción, el discurso y el sentido, aspectos que se hallan todos involucrados. Distinguimos: predominio de un realismo psicológico, un indagar en el inconsciente para encontrar el propio “yo”; visión crítica de la mujer; lo interior predomina sobre lo exterior; relato en primera persona (monólogo interior); lenguaje interior; estructuras sintácticas más libres; aprehensión sensorial del propio mundo; relación con el propio cuerpo; importancia del recuerdo, la memoria, el tiempo cualitativo por oposición al cuantitativo del hombre; el protagonista femenino es el principal; lo matri-lineal, las relaciones madre-hija, abuela-nieta; la liberación del subconsciente a través del sueño o de las pesadillas; imágenes y símbolos(el volar,  pájaros,  puertas,  ventanas,  espejos,  casa,  color azul); el mundo ficcional suele incorporarse en el mundo empírico de la autora.
En la familia de los Ferraro, Ottavia, la hija mayor, jorobada, es la mujer despreciada, sirviente; sirve a sus hermanas, cuida a su sobrina Celina cuando Rosa y Francisco salen, sirve la mesa, plancha, cose. Milena y la Tina van a los bailes con Francisco y Rosa. Ottavia se queda en la casa. Acepta las órdenes de su madre sin cuestionamientos:
La mamá tiene razón, al puchero hay que espumarlo con cuidado...La mamá tiene razón, se van a tener que conseguir un marido rico para que la sirvienta haga todo...Hasta el agua me piden...Enciman me sacan el cuero, se creen que no me doy cuenta cuando se ríen de mí, en mi propia nariz se ríen...”(16-17)   
 Ottavia vive en su mundo de labores y tareas cotidianas. A ella no le ocurren las cosas. Ella es la observadora, mira la vida de los otros (a los otros les pasan cosas) desde su mundo de detalles y pequeñas destrezas: 
“Es tan fácil sacarlas del brasero con la pinza, una por una, y ponerlas adentro de la plancha ...”(16)...[...]...Yo sirvo y escucho, sentarme no me siento porque para qué, si a cada rato les tengo que alcanzar algo. Sólo los miro, mi cuerpo cuchara listo para llenar, repartir, raspar, para atender a mis hermanos porque soy la mayor y ya me quedé para vestir santos (18)...Lo vi detrás de los visillos...Miro por los visillos...(27) 
 Ottavia ha vivido sin una caricia, sin afecto. Las muestras de cariño la molestan, no las comprende. Cuando la madre sufre un ataque y cae al suelo, ella no se atreve a tocarla, porque a la mamá no le gustaba que la tocaran. Cuando el padre le regala una muñeca siendo niña, su madre le hace jurar que no la va a tocar para no romperla; sin embargo, a escondidas la acaricia y la entibia con su panza. Con ella sí puede, no con Celina, porque según Francisco y la Rosa “los chicos no se toquetean”. Luego dirá: “Mejor casarse que abrazarse, preparar la ropa, bordar cada sábana...”(30) .
 La aprehensión sensorial del propio mundo asoma en sus juegos con la muñeca:”Suave como esta muñecona que tengo en la panza y que se ha entibiado tanto que me dan ganas de abrazarla mucho..”(25); en la preparación del guindado:”...El almíbar quedó transparente con el limón sin semillas...y empezó a salir un olor suave, yo revolvía y revolvía y no me daba cuenta de que se espesaba más...y me iba subiendo un calor, me derretía junto con el azúcar, el vino y la vainilla, y una espiral oscura me levantaba, me enderezaba, poco a poco me enderezaba...”(26-27); cuando cose: Suave la batista, áspero el lino...Dormir entre dibujos sobre el hilo fresco. Me corre un cosquilleo cuando toco el camisón de satén, se me engancha en los padrastros...”(31)  
 En Ottavia la represión de su propio cuerpo le hace verlo en su totalidad. Como se lo han negado, lo ve mejor: “...mi cuerpo cuchara listo para llenar, repartir, raspar, para atender a mis hermanos...mi cuerpo cuchara que espuma, raspa, llena, reparte...”(19). Es el cuerpo como un instrumento de servicio, un utensilio de cocina, cosificado. Y la negación por parte de la familia del cuerpo de Ottavia: “Ni a ella ni a la Tina les gusta que me vean...”(20-21). Ottavia ironiza sobre su propio cuerpo: “...Joroba, jorobita, jorobeta, jorobate, por qué no me atendieron, qué se yo por qué. Jorobate, no ves que estoy  pintando, me dice la Milena cuando le pido que me ayude a cargar el fuentón para lavar. Al que da y quita le sale la jorobita, me gritaban los chicos...”(18-19)
La auto-ironía (imagen del espejo) le permite evaluar su situación y reírse de sí misma. Ottavia comenta la visión que otros tienen de ella, y a través de sus palabras va surgiendo tal como es verdaderamente. En la refracción del personaje asoma la crueldad hacia el propio cuerpo:”...Tan trabajadora esta muchacha, dice doña Concepción y me toca la espalda, tres veces me la toca, seguro que para llamar a la suerte. Joroba, jorobate, me jorobo, da y quita...”(19).
El sufrimiento físico, el dolor y el rechazo de sí misma por su deformidad aparecen en la escena en que, con extrema crueldad, comienza a matar los bichos para entretener a Celina y lograr que deje de llorar:”...Me acuesto rápido, trato de estirarme pero el dolor en la espalda sigue, me corta por la mitad, quedo dividida en cabeza y cuerpo, cabeza que cabe ¿dónde cabe mi cabeza?¿y mi cuerpo que no baila? Un baile de bichos me marea adentro, se me mueve en las tripas, en el pecho, cada vez me da más trabajo respirar, los bichos cerrando todos mis agujeros, circulando sin parar para que el aire no entre, para que los sonidos no salgan, para que nadie sepa que voy quedando dormida toda cerrada...”(22-23). 
La joroba de Ottavia es el cuerpo que se cierra (su cuerpo cuchara), que contiene, que se vuelve sobre sí misma, que se habla a sí misma, encerrada en su silencio (monólogo interior). Ottavia guarda sus sentimientos, piensa para sí misma, se habla a sí misma ya resignada al silencio y a la soledad. Así como se guarda la borra del café, la cáscara de huevo, se guardan las emociones, los pensamientos, las cosas de las que la familia se avergüenza (el embarazo de Tina, el abandono de Tesa y la deformidad de Ottavia). Lo dice “la mamá”, que es la reproductora de una moral estricta; ella se encarga de que sus hijos la cumplan: “los trapos sucios se lavan en casa...la mamá dijo que chito la boca...ahora hay que disimular...”
La desconfianza hacia los que no son de la familia:
“Guardar las cosas de la familia como se guardan las cáscaras de sandía para hacer dulce, las cáscaras de huevo para las plantas, la borra del café, la yerba, adentro todo lo que no se debe contar...”(65-66). 
Después de la muerte de la madre, Ottavia será la mujer reproductora de lo establecido, no cuestionadora. Hay una subordinación social y simbólica, a la vez que natural, en Ottavia; un determinismo biológico y físico, por su deformidad. La casa aparece como el lugar seguro frente al mundo exterior que es amenazador. Ottavia se resiste a los cambios (no quiere votar ni tener libreta cívica). Ottavia es “útil” dentro de la casa, en el “adentro” (puertas adentro); el “afuera” la desconcierta. “Afuera” viven los otros. Ottavia mujer-cuchara, que sirve, contiene, y a la vez está vacía (tiene el cuerpo “lleno de agujeros”) dice. “...el lugar de la mujer está adentro de la casa, puertas adentro está,  ecco...”(48). Sólo en los sueños, cuando sueña con su padre, Ottavia grita.”Papá, no me deje...”(29). A través del sueño Ottavia libera su subconsciente, se libera de su cuerpo deforme, de los convencionalismos familiares o sociales. Ya no inventa pájaros para sí  misma (recordemos el epígrafe de la primera parte de la novela). Ottavia es como los pájaros, vuela como los pájaros; se despega de lo cotidiano, de lo humillante, de lo cruel y vuela con la inocencia del pájaro despojada de todo, liberada ya de todo, ajena a todo. Curiosamente, la evocación nostálgica de la niñez es una evocación afectiva y vivencial pero fragmentaria: sólo recuerda a su padre mientras duerme y sueña. 
Biruté Ciplijauskaite dice que “la memoria, en su capacidad  afectiva y mágica, recoge sólo los datos que le convienen, cultiva recuerdos que pueden ser desenfocados o telescópicos, globales o desasidos del conjunto, particulares o simbólicos” (2). Ottavia recuerda a su padre porque era el único que la tocaba, que jugaba con ella haciéndola sentir un ser normal, sin deficiencias físicas. Ottavia no se reprime en la evocación de hechos del pasado; su padre aflora en sueños, confirmando su existencia en el subconsciente. Frente al presente oscuro, “hueco”, se alza el pasado luminoso a través de la evocación. La falta de cariño materno y familiar es una carga muy pesada de soportar para Ottavia. El desdoblamiento en el sueño le permitirá mitigar los dolores del presente, a través del sueño o de la imagen del padre en el espejo (127)
 Boves Naves agrega: “Las novelas, según la crítica de “imágenes de mujer”, presentan personajes femeninos cuyo modo de ser y de actuar responde a condicionamientos sociales, a circunstancias familiares y a educación personal, en total coherencia, aunque en sí mismos sean injustos y los desenlaces de las situaciones responden a unos códigos éticos que se identifican con los tradicionales de una sociedad machista, admitidos en forma dogmática”(3). Muerto el padre, la madre será la representante del orden simbólico patriarcal y, muerta la madre serán los hombres de la casa quienes representen ese orden simbólico. A la muerte de aquéllos, Ottavia será la representante de ese orden; la mujer reproductora de lo establecido y no cuestionadora; víctima de un sistema injusto pero incapaz de rebelarse, de reclamar un cambio en el sistema. En cambio,  la Tina , que ha ocultado su embarazo a la vista de todos, es echada de la casa junto a su novio y la criatura. Tina la deja al cuidado de la mujer de un chacarero y a los dos años  queda al cuidado de Ottavia, quien la llamará Tesa. La Tina se libera de los patrones establecidos, se va de la casa, abandona a su hija. Intenta cambiar su condición de mujer, lucha entre lo innato y aquello que ha sido construido socialmente, identidad marcada por el género, las clasificaciones mentales de la vida colectiva, la subordinación al grupo familiar y social. La Tina transgrede los valores sociales, las normas sociales y sufre la sanción de quien se atreve a transgredirlas. Su proceso de individuación se consideró como una desviación de lo establecido socialmente. La Tina reclama su individuación, su derecho a desarrollarse como persona aún a pesar de haber abandonado a su hija, en un mundo en el que la mujer se halla atada a la maternidad, a las tareas cotidianas de la casa, a los requerimientos de la vida humana. Transgrediendo las barreras exteriores e interiores se tiene que ir de la casa, es echada de ella por su madre, y no regresa más.
 A la Milena la vemos enamorada del hermano de los Conti. Cose puntillas y borda, tiene prohibido salir de la casa – solamente a la iglesia – aunque ya guardan dos años y medio de luto por la muerte de Francisco, el mayor. Milena ve postergado su noviazgo por el luto; así lo decidió su madre. A veces se pone nostálgica; Ottavia cree que es porque extraña a la Tina pero el Ñato sospecha que tiene algo con el vasco de la tienda y ordena que nadie irá a las romerías, que las persianas estarán cerradas por respeto a la madre muerta y el temor al qué dirán, y que él también se quedará adentro “no sea cosa que a alguien se le ocurra mirar por las celosías”. A Milena le interesa la política, se pasa horas con la radio escuchando los mensajes de Eva Perón acerca del voto femenino y los derechos de la mujer. Se resiste a reconocer la caída del peronismo en el 55 y a partir de allí no habla nunca más del tema, nunca más va a un baile, y se queda trabajando, cosiendo y bordando en la casa. Tesa, la hija de la Tina criada por Ottavia, va a la escuela porque el Ñato quiere que sea maestra. Ya crecida,  quiere ser libre y no repetir los errores de las mujeres de la familia: el vivir puertas adentro aceptando la autoridad de los hombres de la casa. Tiene sentimientos de culpa luego del acoso de Pablo; conoce después a Juan y tiene encuentros amorosos furtivos con él; sueña con un casamiento a pesar del rechazo del Ñato hacia su pretendiente. En ella se da la aprehensión sensorial del mundo y de su propio cuerpo, el despertar sexual, y ese cuerpo convertido en un “río de sensaciones” cuando comienza su relación con Víctor, hombre casado y con hijos. Queda embarazada y aborta; nuevamente el sentimiento de culpa y los resabios de la moral puritana que le inculcaron desde niña: Guardar lo que pienso y lo que siento...toda la piel para adentro sin que nada se vea...”(97). Recibe una carta de su madre, después de dieciocho años de ausencia, invitándola a conocer sus tres hermanas. Pese al recelo y la bronca de Ottavia está el deseo de escapar del silencio de la casa y encontrar un lugar, una familia igual a la de todos. Quiere ser como los otros, reconocer “los propios bordes”, armar con sus deseos un rompecabezas, completar el cuadro al que le faltaban las piezas. El símbolo del vuelo del pájaro o de la hoja en el viento – símbolo recurrente en la novela femenina – aparece nuevamente. Y en la partida en el tren de las diez, la necesidad de ser ella la única que vuela, la única que parte. Compara su vida con la de su hermana, quien vive en la ciudad, fuma, sale sola con su novio y tiene libertades que ella nunca tuvo. Escucha a su padre criticar la crianza que ha tenido y, a pesar de la necesidad de quedarse y la de afecto, decide regresar a la casa materna. 
Aparece en escena Celina, quien luego de la muerte de su padre se fue a vivir con su madre a casa de una tía. Celina viste ropa moderna y fuma, ha leído El Segundo sexo. Tesa la admira porque en sus cartas dice “lo que hace y lo que siente, no se guarda nada”. A diferencia de Tesa, Celina no tiene recuerdos de su vida pasada, en su memoria no está registrada la figura de su padre. Tesa, en cambio, como sucedió con Ottavia, en sus sueños muestra sus deseos incumplidos, la ausencia de raíces, las imágenes familiares adornan sus pesadillas; es la herida abierta que sangra todavía. Presiona a Víctor para que abandone a su mujer e hijos. Está harta de la maledicencia de la gente, su deseo de casarse y llevar una vida normal se le escurre entre los dedos ante la negativa de Víctor a abandonar su mujer. Con la muerte del Ñato, Tesa se da cuenta que ha vivido en la Nada, en una vida llena de “agujeros de nada que han estado ahí todo el tiempo sin que los vieras”(137) . Tesa toma el mando de la casa y cuida a Ottavia en su locura. Terminadas las tareas domésticas, sale de la casa y se siente libre; algo ha cambiado dentro de ella. Ya no más encuentros a escondidas en el auto; lo esperará en la casa, a las nueve de la noche. Tesa ya no ocultará su relación con Víctor, esa relación oculta por los códigos éticos de la familia y de la sociedad. Lo invita a comer, se lo presenta a Ottavia y a Milena y, con aires de triunfadora les dirá: “...Cada uno de los siete días de la primera semana de cada mes Víctor vendrá a dormir, conmigo, en mi cama. Acá, en esta casa.”(154)
Es importante destacar los diferentes grados de uso de la libertad en las protagonistas femeninas de la novela. Ottavia, “mujer despreciada” (o preciada en menos) según Gilles Lipovetsky (4), subestimada, sometida al dominio de los hombres de la casa o de la madre;  incapaz de rebelarse de su inmediatez; encasillada en la rutina de la casa; desvalorizada socialmente. Menospreciada por su deficiencia física, vive al servicio de los demás. Milena, es la mujer que sufre la opresión familiar, no ha salido nunca, no ha tenido novio porque toda su juventud transcurrió de luto en luto; ha visto pasar la vida enfrascada en la tarea rutinaria del bordado. Es una víctima del código ético familiar y social. Las dos, sumisas, acatan las convenciones sociales de la época pero no se rebelan, no intentan cambiar su posición, su situación. Tina, es la “imagen de mujer” nueva que transgrede el orden simbólico patriarcal y social,  representa a la “descastada”, la “anormal” frente a las mujeres consideradas “normales” para la sociedad, no cuestionadoras de los valores en que viven. Tesa, hija de Tina, criada por Ottavia, a pesar de seguir en la casa, trabaja como maestra en una escuela y decide finalmente su modo de vida: elige seguir teniendo relaciones con un hombre casado ante los ojos de todo el mundo. Es la “mujer autodeterminada” ( la “tercera mujer” de Lipovetsky) que se gobierna a sí misma sin las ataduras sociales preestablecidas. Será dueña de su destino individual; no renunciará al amor pero será fuera de las convenciones sociales de la época. Con Tesa se da la ruptura generacional, la crisis de una moral puritana abarrotada de prejuicios. El mundo cerrado del pasado dará cabida a un mundo abierto, autodeterminado, autogobernado. Tesa y Celina serán la “mujer indeterminada” de Lipovetsky, ya no subordinada al hombre, ya no definida en relación con él, la mujer moderna que tendrá acceso al trabajo y al estudio, al concubinato, a la libertad sexual, al control sobre la procreación y que seguirá luchando por conquistar sus derechos como mujer. Es la mujer que se ha ganado su lugar en el mundo.
Como lectores decimos que a la autora le interesa mostrar no sólo una vida, la historia de un personaje o personajes sino los efectos psíquicos en cada uno de ellos. Importa más el “cómo se ha vivido” que la historia por la historia misma. Le interesa rescatar hechos determinantes en la vida de sus personajes, reveladores de sus vidas y de sus propias identidades. Y lo hace desde una perspectiva más intuitiva, afectiva y vivencial que discursiva. En la novela asoman no sólo las formas de vida, creencias y valores de toda una época sino las propias vivencias como mujer partícipe de las restricciones, privaciones y condicionamientos de su propia existencia. Recuerdos vividos, recuerdos transferidos de generación en generación, que han dejado huellas también en nuestras propias vidas. De allí que la autora transfiera su compromiso al lector; ya no somos lectores-observadores distantes sino comprometidos, partícipes de la historia narrada . En la preponderancia de personajes femeninos y en la postura crítica hacia una sociedad opresiva y condicionante de la mujer también vemos la impronta de la escritora. Los personajes masculinos son retratados como partícipes de la historia pero ya no son el centro de la misma. El protagonismo le cabe a las mujeres. El lenguaje interior se asocia al espacio interior (la casa), todo se hace “puertas adentro”, nada debe salir de los límites de la casa, guardar las cosas adentro, adentro todo lo que no se debe contar. Introspección en el espacio, introspección en los personajes; a través del sueño, de la vuelta al pasado . La novela refleja situaciones reales y concretas de una familia de inmigrantes italianos. Los términos en piamontés son reflejo de una época, de un contexto social y cultural. Hay un excelente manejo de la ironía en situaciones familiares, sociales y personales. Y, sobre todo, un cambio de actitud frente a la escritura: “escribir con el cuerpo y las emociones”, “a través de los sentidos, no del intelecto” (5), características de la escritura femenina desde principios de siglo. Palabra de mujer que se ha ganado su lugar en el mundo y continúa buscando en la literatura su lugar de sueños más profundos.

Notas

(1)   Entrevista de Jorge Barón Biza, La Voz del interior, Córdoba, 3 de diciembre de 1998.
(2)   CIPLIJAUSKAITÉ, Biruté. “El lugar del yo en la evocación: prisma femenino/masculino” en Letras de Hoje, Porto Alegre,   septiembre 1998,pág.81.
(3)   BOVES NAVES, María del Carmen. “La novela y la poética femenina”, “Signa”, Rev. Asociación Española de Semiótica,1994,pág.24.
(4)   LIPOVETSKY, Gilles, La tercera mujer, Barcelona, Anagrama, 1999, pág.218.
(5)   CIPLIJAUSKAITÉ, Biruté. La novela femenina contemporánea (1870-1985), Barcelona, Anthropos,1994, cap.VI, págs. 205-206.
Bibliografía
BOVES NAVES, María del Carmen. “La novela y la poética femenina”, “Signa”, Rev. Asociación Española de Semiótica,1994.
CIPLIJAUSKAITÉ, Biruté. La novela femenina contemporánea. Hacia una tipología de la narración en primera persona, Barcelona, Anthropos, 1994.
DUBY. G –PERROT,M. Historia de las mujeres. El siglo XX. La nueva mujer. Madrid, Taurus, 1993.
LARDONE, Lilia. Puertas Adentro. Buenos Aires, Alfaguara, 1998.
LIPOVETSKY, Gilles. La tercera mujer. Barcelona, Anagrama, 1999.
PERRÉN DE VELASCO, Lila. Apuntes Curso “Palabra de mujer en la narrativa del final del milenio. Presupuestos teóricos”, Córdoba, Esc.Nac.de Lenguas, 1999.
RIVERA GARRETAS, María Milagros. Nombrar el mundo en femenino. Barcelona, Icaria, 1998. 


viernes, 26 de octubre de 2018

Literatura y medios . Libros vs. pantallas

Resultado de imagen para literatura y medios de comunicación

Resultado de imagen para libros y pantallas
Resultado de imagen para libros y pantallas

                       Literatura y medios.     Libros vs. pantallas

"Ser o no ser pantalla, ésa es la cuestión”, dice Fresán y coincido con él en esto; me recuerda el "Esse est percipi" (cuento de Borges-Bioy), ser es ser percibido por los medios. En un mundo cada vez más mediatizado no comparto con Roth quien afirma que "las pantallas nos han derrotado" y pronostica la extinción y muerte de los lectores de verdad. Tampoco creo que el Kindle (libro electrónico) llegue a suplantar al libro y, como "inmigrante digital" que necesito palpar, oler las páginas de un libro tampoco el Kindle me moviliza para nada. Puede que capte a los "nativos digitales" pero un dato a tener en cuenta es que mis alumnos navegan por Internet pero no leen textos literarios en pantalla, los bajan e imprimen cuando pueden o van a comprarlos a la librería, o los buscan en bibliotecas. En esto comparto la opinión de Beatriz Sarlo quien dice que "aunque los chicos y los jóvenes lean más en Internet que en los libros, todavía hoy aprenden a leer en libros". Que han cambiado los hábitos de lectura y de escritura es indudable; que se han adaptado a nuevos formatos también; pero coincido con Graciela D´Lucca en que estos irán mutando, cambiando como lo hizo el texto impreso. En cuanto a los "prosumidores"(los que leen y producen textos digitales) un tema a tratar y preocupante es el que menciona Fresán con los blogs que terminan siendo muchas veces reservorio de "bloacas" que utilizan el anonimato para agredir e injuriar a todo y a todos (pares, directivos, docentes, instituciones) o suben a la Web episodios de violencia inusitada entre ellos o hacia docentes. Todos recordarán lo de la profesora de Inglés y su pelo quemándose en TV. En esto sí nos ha ganado la pantalla: muertes, guerras, violencia en vivo y en directo. Hoy la moda es salir por el barrio a hacer daño y filmarse con los celulares; los padres ausentes o no tan ajenos pero sin poner límites a sus hijos. Y el surgimiento de nuevos fenómenos subculturales, reglas de juego o disvalores que aterran. En cuanto a Internet como universo sin principio ni fin - según Beatriz Sarlo - se debe tener en cuenta a los "analfabetos digitales" que no son sólo los adultos sino también los jóvenes, aquellos para los que Internet no es ni siquiera un principio: son los que no tienen acceso a una PC y quizás no lo tendrán nunca; son los "aislados por privación, por miseria tecnológica", víctimas sociales de un Estado ausente que ni siquiera provee de computadoras a las escuelas. En la mía, por ejemplo, hay ocho o diez PCs nuevas, el resto es material obsoleto, incluso, se cerraron los Talleres de Computación por no contar con máquinas apropiadas para la cantidad de alumnos-usuarios que las necesitaban. En realidad, excede nuestra tarea de docentes mediadores en el acercamiento a las TICS. La diversidad, la heterogeneidad de alumnos, los que tienen una PC y los que no la tienen, abre una brecha enorme en la "democratización" del conocimiento, en el acceso igualitario a las nuevas tecnologías. Éste es el verdadero problema. No todos nuestros alumnos están familiarizados con los formatos digitales y hasta algunos no tienen acceso al libro. Nosotros...seguimos decepcionados, inermes ante este escenario.

15/11/2008
Capacitación "Literatura y medios", Educ.ar.




"Y el tiro del final..."


El cuento policial
Propuesta para trabajar el cuento policial en el Nivel Polimodal.

Imagen relacionada1.     Título: “Y el tiro del final...”

2.     Nivel educativo de los alumnos:  Polimodal
3.    Tiempo estimado de realización:  tres meses
4.    Tema curricular que se trabajará:  El cuento policial
5.  Temas o herramientas utilizadas: El género policial. El weblog. El lenguaje audiovisual. El video.
6. Metodología de trabajo y secuencia de pasos para realizarla. Lectura, escritura, creación de un weblog, realización de un video.

·   Lectura de cuentos policiales de enigma .En la literatura policial de enigma se narra la historia de una investigación para encontrar al culpable de un delito. Un misterio de apariencia insoluble es descifrado por un detective, mediante el análisis riguroso de los indicios y la aplicación del método deductivo. El detective analiza cuidadosamente las distintas pistas y así los hechos adquieren una lógica; de este modo se reconstruye la historia hasta el momento del delito. Además, se analizará la figura del detective – figura clave en el policial de enigma –  de manera de confrontarlos entre sí.  Se leerán “El Marinero de Ámsterdam” de Guillaume Appollinaire, “El corazón delator” de Edgar Allan Poe  , “El crimen casi perfecto” de Roberto Arlt. “La carta robada” de Poe , “La muerte y la brújula” de Borges, “Tres portugueses bajo un paraguas sin contar el muerto” de Rodolfo Walsh. Se reconocerá  la superestructura narrativa, cuál es el conflicto o enigma a descifrar , el marco en que suceden los acontecimientos ,identificación de tema y subtemas y caracterización de personajes (sujeto-objeto; ayudante- oponente). Después de la lectura se subirá al blog “Aula abierta”para facilitar el intercambio de producciones y experiencias.

·   Escribiendo en el blog
-    Buscar los elementos en común entre los diferentes cuentos(características físicas de los personajes, de carácter, sistema de investigación, etc.)
-    Escribir un cuento narrado por el detective, por uno de los involucrados en el crimen o por el asesino.
-    Tomar un cuento y transformarlo en una crónica policial, o a la inversa.
-    Confrontar la imagen de la institución policial que propone “La carta robada” de Poe y “La muerte y la brújula” de Borges.
-    Escribir un cuento policial a partir de una imagen.

·   Siguiendo las pistas
-    Mediante el análisis riguroso de los indicios y la aplicación del método deductivo sugerir quién es el asesino, a partir de la lectura de un texto incompleto.
-    Proponer la lectura de un texto sin el final para que los alumnos inventen otro.
-    Continuar la historia de un texto abierto hasta que el crimen quede esclarecido.

· El policial en video
-    Con un celular u otro medio de grabación registrar una escena y usar ese material para proponer un taller de escritura. Subirlo al weblog e intercambiar textos a través del sitio.
Se seguirán los cuatro pasos para hacer el video:
 Paso 1. La idea: el guión . Escribir un guión literario a través de una escena.
 Paso 2. Preparación. Preproducción. 1. Personajes: búsqueda y selección de actores. 2. Vestuario: búsqueda y selección de ropa, estilos y accesorios para los actores de acuerdo a los personajes que van a interpretar. 3. Decorados: búsqueda y selección de espacios y contextos específicos en donde se desarrollan las acciones y se mueven los actores.4. Utilería: búsqueda y selección de los elementos especiales que son necesarios para que la historia pueda contarse. 
 Paso 3. Acción. Rodaje
 Paso 4. Final. Postproducción . Es decir, el montaje y la edición.

miércoles, 24 de octubre de 2018


Secuencia didáctica para trabajar la literatura fantástica. 
 Julio Cortázar.

Resultado de imagen para bestiario cortazar



El siguiente trabajo fue realizado en el curso de capacitación de Egresados de Conectar Igualdad. Es una secuencia didáctica sobre un cuento fantástico: "Lejana" de Julio Cortázar, de su libro Bestiario (1951).  Fue publicado en Internet en el sitio 

https://es.calameo.com/books/0013214176598c127818b    


Para leer el cuento : 
https://ciudadseva.com/texto/lejana/




lunes, 22 de octubre de 2018

Echeverría - Martín Caparrós

  Martín Caparrós: 'Echeverría' | DistritoJazz

  

ECHEVERRÍA  de  Martín Caparrós (2016)

Acabada la lectura de esta novela y después de haber revivido la vida y el pensamiento de uno de los hombres de la historia más progresistas, se tiene la sensación amarga del fracaso. En entrevista a Infobae, Caparrós dice: “Hay pocas historias de fracaso tan estrepitosas como la de Argentina” y menciona el “fracaso político, social, económico. Fracaso como país. Argentina era un país mucho mejor de lo que es ahora. Cuando, en general, los países del área son un poco mejores de lo que eran hace 50 años, aquí es al contrario.” Cuando se le pregunta cuáles son las razones, contesta: “No sé qué fue lo que hicimos para conseguir esto; ya no para merecerlo. A veces pienso que debería dedicar un par de años a tratar de entenderlo, porque es un proceso repulsivamente fascinante. Este país dejó de lado a la mayoría de sus expectativas y ambiciones, se resignó a algo que cada vez es un poco peor. Nos resignamos a vivir con un 20 o 30% de excluidos, con escuelas que no educan y universidades sobrepobladas e inútiles, con hospitales que no funcionan, nos resignamos a vivir con miedo.”
La pregunta es qué fue lo que nos pasó. Y también, por qué somos lo que somos. El pensamiento de Echeverría habla de la necesidad de una identidad cultural, de una literatura nacional, del valor de la democracia y de la educación. El autor lo define como el primer cronista y que anti-rosista – como Gutiérrez, Alberdi, Sarmiento, Mitre- se enfrenta a un poder y un relato hegemónico. Y fracasa. Termina su vida en el exilio, joven, pobre y enfermo y  se muere antes de Caseros; se queda sin ver cómo sus amigos se quedan con la patria.  Lo considera también como el primer antiperonista de la historia argentina, que no necesitó de Perón para serlo.
Echeverría le sirve de excusa para transversalmente dejar entrever los fracasos de este “país-calesita” como lo define el autor: “cuando uno lee lo que pasaba en la Argentina en esos años, como intenté hacerlo en esta novela, una de las cosas que más impresionan es volver a creer que la Argentina es un país-calesita: damos vueltas, a veces nos sacamos la sortija, pero seguimos en el mismo lugar."
Novela atrapante, una invitación a repasar la historia para ver lo que somos.

viernes, 19 de octubre de 2018

La lechuza y el caracol - Tomás Abraham


Resultado de imagen para tomas abraham la lechuza y el caracolTomás Abraham es uno de los pensadores más lúcidos y críticos del kirchnerismo. La lechuza y el caracol es un libro que moviliza, invita a la reflexión. El autor lo plantea como un “contrarrelato”, es decir, “desrrelatar” o contraopinar, que es la función del filósofo; no creer en lo que él mismo piensa. Critica a la sociedad de la idolatría, del fanatismo, de la hipocresía, de la mentira, una sociedad sectaria, fragmentada por un gobierno enfermo de poder, con un discurso autorreferencial, que no permite el disenso y que manipula la memoria.  Todo se dirime en pros y contras, lo que empobrece el pensamiento y “es el coto preferido de protagonistas mediocres”. “Ser” kirchnerista o “ser” antikirchnerista es el nuevo emblema del embrutecimiento que se nos impone”, escribe en la Introducción. Por eso invita a confrontar, a pensar, a ser libres, ante un gobierno que disfraza, oculta las falencias y censura al que piensa diferente. Considera que nuestro país no tiene sistema político alguno, ni siquiera republicano; es verticalista y  con una crisis de representatividad crónica, endémica. La autoridad se deslegitima y se venera el poder. “Sobre los escombros jurídicos, políticos y éticos hoy el kirchnerismo reina con hegemonía”.

Crítica de la obra de Julio Lemoine.

Resultado de imagen para amor sin tiempo de julio lemoineResultado de imagen para julio lemoine escritor cordobaResultado de imagen para poetica del misterio julio lemoine
Crítica de la obra de JULIO LEMOINE.
 SADE - Feria del libro de Córdoba.

Julio Lemoine nació en Buenos Aires y por razones familiares alternó su infancia y adolescencia entre la ciudad y el campo. Ex alumno del Nacional Buenos Aires, cursó materias de Ingeniería, Agronomía y Filosofía y Letras para completar los conocimientos en su carrera de Arquitectura, una de sus grandes pasiones junto con la poesía y la música. En 1985 decidió instalarse definitivamente en Loma Bola, en la zona de Traslasierra, Provincia de Córdoba. En 2009, decidió dar por terminada su actividad profesional de diseño para dedicarse de lleno a la literatura.

Acercarnos a la producción de Julio Lemoine implica reconocer su primer libro, escrito en l947, Mis primeros versos, que son sus comienzos en la literatura, en su etapa adolescente que él mismo define: “sólo tienen el valor del recuerdo en una etapa mística y de fervores patrióticos”. Dividido en tres partes que responden a la temática de los poemas: Territorio patrio, Territorio místico y Territorio del dolor.

En l948 aparece De nuestra tierra, conjunto de poemas que, en su opinión, “pueden encuadrarse en un contenido de época mas no como una expresión estética”. Influenciado por el lenguaje y las formas rimadas de la poesía gauchesca de Bartolomé Hidalgo, Hilario Ascasubi, Estanislao del Campo, José Hernández y Rafael Obligado. Retrata paisajes y costumbres de la pampa: atardeceres y amaneceres, el fogón, la mateada de la peonada, la yerra, el rodeo, la destreza de los pialadores, del pueblero valiente y atrevido, el descanso y fin de la tarea, y el amor y respeto de los criollos por los héroes como San Martín, Gregorio Lamadrid, Güemes, Belgrano. Finalmente textos que refieren a la controversia iniciada por un periódico mural “Christri Astra” el 31 de octubre de 1948, con sus similares, que aparecían dominicalmente en paredes enfrentadas , a manera de payada, existentes en la parroquia de Santa Lucía, Barrio de Barracas, Capital Federal.

En 1952 escribe e ilustra el libro de poesía Preludio, y posteriormente, tras un largo paréntesis, publica La huella de mi vida. Interesante es el prólogo del autor titulado “Liminar”, en donde comienza diciendo que “Todo poeta no puede dejar de expresar en su obra lo que siente, lo que vive y lo que muere. En ella se verán reflejados los pasajes de su existencia sensitiva…” Precedido de un excelente prólogo escrito por Irma Droz quien descubre el “universo afectivo” de Julio Lemoine y su trabajo “poético musical” en sus poemas musicalizados,  concluye diciendo y explicitando que es “el poeta de la luz y la esperanza”.
Lemoine, alternando prosa y poesía, retoma el tópico del caminante de la vida - recordemos a Antonio Machado – y sus huellas frágiles en ese andar lleno de obstáculos como es la propia existencia.
Así lo expresa en “La huella de mi vida”, en prosa (pág.17).

Por esa senda que he elegido caminar, por momentos con paso apresurado e inseguro, por momentos con paso lento y firme, a veces de a pie, otras de a caballo, he tratado de no desriendar el rumbo elegido al comenzar la jornada.
Sabía que no era sencillo. En el andar se alternaron el rigor de las heladas y los vientos, con la tibia brisa de los atardeceres aromados de esperanza, y no después de caminar distancias, aprendí a no juzgar al espinillo o al cardo por sus espinas, sino a admirarlos por sus flores, tratando de cumplir con el destino del hombre de amar y ser amado.

 Emocionado recuerdo de la muerte de su madre en ese gaucho cantor que alterna milongas, aire de huaino, canciones y zamba en un recorrido vital que parte de la soledad y lamento del peregrino sufriente, desconsolado, herido y pobre que comienza la búsqueda esperanzada del amor de una mujer que sea un aliciente para esa dura soledad: “luna plateada”, “lucero diamantino”, “sonrisa anhelada” y “seda en el pañuelo” de un “nocturnal peregrino” clamando por amor y contención. Los caminos se unen y comienzan el recorrido juntos, bendecidos por la llegada de la siembra”, los hijos, “frutos”, “verdadera consagración de la vida”. El paso del tiempo y el crecimiento de sus hijos que ahora ya tienen su propia siembra.
El poema “Canto de las cosas simples” resume pensamiento y afectos, anhelos y sensaciones. Y finalmente, “Paisaje otoñal”, con su bagaje de experiencias y  recuerdos y la subida con paso lento a las alturas “donde comienzan a crecer los cardones, corpulentos y cubiertos de espinas…”; sin embargo, él alcanza  - esperanzadamente – a distinguir la belleza de sus flores.

En 1996 edita Entre niños y poemas (traducido al quechua), libro dedicado a sus nietos con ilustraciones realizadas por ellos mismos. Ese estado puro, virginal, inocente del niño encuentra su correlato con lo conceptual vertido en sus poemas; la mayoría de ellos refieren a la niñez y quizás la síntesis está en el poema con que inicia el libro, titulado “Niño”:

  Como tú, la inmensa gota de rocío
                    nos refleja cristalina en el cielo inmenso;
                    quien pudiera ser pequeña como aquella
                    y encerrar dentro del alma un firmamento.

Poesía intimista que incluye el “Canto de las cosas simples” junto a “Coplas puntanas”, “El Río Grande” o “El regreso de las golondrinas”. Finalmente, hay un  quiebre en esa temática y se rebela y cuestiona los porqués de la soberbia, el odio, la ambición, la violencia humanas en el poema “El porqué”. Abandona lo familiar para analizar lo universal, por eso dedica al “niño universal” su último poema titulado “Siete perdones y una reflexión”. Al poeta lo golpea la dura realidad, anametiza y pide perdón por todos los errores cometidos por los adultos: guerras y devastaciones, hipocresía e indiferencia de una sociedad mezquina que fomenta la incultura y la miseria con políticas aberrantes, mentirosas, aumentando las desigualdades y el hambre en aras del consumo y la producción (“Perdón III”).
Y hablará del comercio de órganos (“Perdón IV”); del comercio de la droga que maneja a gobernantes y prostituye conciencias (“Perdón V”); de la perversa corrupción, la falta de ética y de decencia (“Perdón VI); de la contaminación y profanación del ambiente en nombre de la producción y despreciando la existencia. En la “Reflexión” contrapone la esencia del niño con la del adulto, su inocencia, su amor y su simpleza. Y en el texto final, “Conclusión”, su visión esperanzada: el niño lo invita a renacer, a rescatar lo esencial y verdadero de la vida.

En 2003 publica El hijo del carpintero, colección de cuentos. Dedicado a la memoria de su esposa, los nombres de los personajes son los de su gran familia y en homenaje a ellos. Texto donde abundan las descripciones paisajísticas, muy metafórico, con cuentos como “Entrevista” y la presencia del personaje Chichí Ponce, cargado de sabiduría anclada en la exaltación de la Vida, del Amor, de Dios y la rebeldía frente al hambre, la injusticia, la ausencia de valores morales.
De peones rurales con su registro y vocabulario característicos, inmersos en sus tareas cotidianas, sus apegos, sus sentidos a flor de piel, sus sentimientos (en “El malón”); la Tarántula, guardada entre las zapatillas de don Armando, exhibida como trofeo en su casa y ante sus pares por Julián y que termina sus días en una jaula del laboratorio del colegio; o Tomás, ese chico criado en la chacra, ahora joven policía en el penal de Olmos, idealista, consciente de su deber y no contaminado por la corrupción de la institución policial (en el cuento “Atalaya”); la ingenuidad e inocencia de José (en “El guante tejido”) y la educación frente a la ignorancia que sólo aceptaba la expresión chamánica de “la verdad” en su madre Inés; el jubilado Esteban y su obsesión por guardar dinero por temor a un robo, en el contexto del “corralito” y días siguientes; el saqueo de los recursos naturales y la persecución de los nativos en las explotaciones de caucho en el norte durante el nazismo, y la ignorancia de los mismos en los campos de concentración laboral como obreros golondrinas (en “El Kau-uts-chu”); la conciencia social y la solidaridad (en “La guardería”); el miedo y la picardía criolla (en “El overo rosado”); la injusticia y la decadencia moral (en “¿Justicia?”); historias de vida del norte chaqueño (“Lampalagua”); los viajes espaciales, esa nave que viene en misión de rescate a la Argentina – la Patria de los elegidos – a través de un transformador del tiempo, país sometido por el FMI - antes Ku-Klux-Klan –  sumido en el subdesarrollo y la codicia, la desnutrición infantil, el hambre, la pobreza, la indigencia , el relativismo moral, la decadencia de un modelo y de su clase política. Y los personajes de los cuentos que desfilan ante SUSEJ, “el hijo del carpintero”, portador de vida, paz, amor, protección, respeto, armonía, virtudes, todo lo necesario para el cambio moral y mental de sus habitantes.
El personaje central del libro – “el hijo del carpintero” – es el personaje oculto en la trama de cada uno de los relatos y aparece reiterado en bastardilla en ellos. Desde lo religioso, se podría leer como el hijo de José, ese Cristo que vendrá a salvarnos de nuestros pecados. Otra vez aparece latente en la producción de Lemoine la acendrada fe religiosa, unida a la denuncia social y política reflejada en las intervenciones en bastardilla, reflexiones angustiadas de un observador agudo y comprometido con un país moralmente destartalado. Fustiga a sus dirigentes, a los políticos, sindicalistas, a los que tilda como responsables de esa decadencia.

En 2005 edita un ensayo, La décima en la literatura rioplatense. El autor comienza explicando qué es una décima (composición estrófica de diez versos, generalmente octosilábicos con rima consonante, asonante o ambas).”La combinación de la rima entre los mismos generó distintos tipos, que aparecieron en España, en 1553, pero estudios posteriores demostraron que no tenían la estructura espineliana sino que eran quintillas con o sin trabazón y se la llamó “Copla real o falsa décima”. Cita como ejemplo el Canto I de La Cautiva de Esteban Echeverría:
                    
Era la tarde, y la hora
en que el sol la cresta dora
de los Andes. El Desierto
inconmensurable, abierto,
y misterioso a sus pies
se extiende; triste el semblante,
solitario y taciturno
como el mar, cuando un instante
el crepúsculo nocturno,
pone rienda a su altivez.

O la milonga de “Los hermanos” de Atahualpa Yupanqui:

Yo tengo tantos hermanos
que no los puedo contar.
En el valle, la montaña,
en la pampa y en el mar.
Cada cual con sus trabajos,
con sus sueños, cada cual
Con la esperanza adelante,
con los recuerdos detrás.
Yo tengo tantos hermanos
que no los puedo contar.

de Víctor Velázquez “Deja que silben los vientos” y un poema “A Rosario” del mejicano Manuel Acuña. Pero se detiene en el análisis de la décima espineliana con una musicalidad y estructura determinada, arreglos que pertenecen a Vicente Espinel Gómez Adorno (1550-1624) en pleno Siglo de Oro Español, que llegó a América con los expedicionarios que se asentaron en el Virreinato del Alto Perú y que las campañas militares llevaron hasta el Río de la Plata.
La estructura de la décima espineliana es no sólo especial sino estricta: son diez versos octosilábicos que riman el primero con el cuarto y quinto, segundo con tercero, sexto con séptimo y décimo ,y octavo con noveno, llevando siempre puntos al final del cuarto verso. Cita la décima que pertenece a la Escena Segunda de la Jornada Primera de La vida es sueño de Calderón de la Barca:
              
   Cuentan de un sabio, que un día
   tan pobre y mísero estaba,
   que sólo se sustentaba
   de unas yerbas que cogía.
   ¿Habrá otro, entre sí decía,
   más pobre y triste que yo?
   Y cuando el rostro volvió,
   halló la respuesta, viendo
   que iba otro sabio cogiendo
   las hojas que él arrojó.

La espinela posee cuatro elementos básicos – según el Diccionario Filológico de Fernando Lázaro Carreter - : métrico, prosódico, rítmico e ideológico. Y se utilizó abusivamente en las corrientes literarias del culteranismo y del conceptismo, incluso se discutió la autoría de Espinel pues algunos investigadores consideraban su origen en África, que llegó a España a través de los moros y que tiene una simetría y similitud rítmica.
El ensayo continúa con una cronología de los antecedentes en América como Nelson Estupiñan Bass, que toma las décimas que cantaban los negros que naufragaron en 1553 al norte de Ecuador y a Nicomedes Santa Cruz (padre), poeta y dramaturgo peruano cuya difusión en nuestro país se debe al periodista radial y televisivo Hugo Guerrero Marthineitz, radicado en Argentina desde 1955. Luego se centra en el tema central: la décima en la literatura rioplatense, haciendo un racconto del panorama geográfico y político del período pre y pos colonial, con escritores que participaron en las contiendas revolucionarias y escribiendo cantos patrióticos con esta estructura, o dentro de la poesía gauchesca poetas como Bartolomé José Hidalgo y Antonio D. Lusich y también los argentinos Estanislao del Campo, José Hernández y Rafael Obligado, quien es el representante más importante de la décima espinela en la literatura rioplatense y eleva su calidad literaria en Santos Vega. Citaremos como ejemplo el Canto I, El Alma del Payador, donde nos dice: (pág. 24)

Cuando la tarde se inclina
sollozando al occidente,
corre una sombra doliente
sobre la pampa argentina.
Y cuando el sol ilumina
con luz brillante y serena
del ancho campo la escena,
la melancólica sombra
huye besando su alfombra
con el afán de la pena…

Finalmente, Julio Lemoine detalla las diferentes temáticas utilizadas: 1) Bucólica 2) Comedia, sátira o drama teatral 3) Epistolar 4) Amatoria y Romántica 5) Cánticos patrióticos 6) Luchas políticas y 7) Picaresca, ejemplificadas con distintos autores para por último enumerar y reseñar algunos poetas y payadores que cultivaron la décima espineliana en el Río de la Plata. El autor separa a los poetas de los payadores por considerar que éstos eran poetas populares que improvisaban en público, generalmente en contienda con otro, con ritmo de milonga en las pulperías, luego en los picaderos del circo o espectáculos de varieté en el teatro criollo.

En 2007, vuelve a la poesía con Amor sin tiempo, dedicado a Rosa y con ilustraciones de Clara Lemoine Pinedo. Es otro de los libros de Lemoine en donde se observa nuevamente al caminante de la vida, inmerso en lo cotidiano, en sus vivencias y emociones, en sus sufrimientos y esperanzas, de “cerrazones” y ausencias, de fe religiosa y renaceres. El libro está dividido en dos partes: La cerrazón y Claridad. La primera parte consta de nueve poemas que se inician con cuatro versos que dicen:
                de pronto
                una nube anocheció la huella
                mi piel dolorida
                fue bebiendo la cerrazón.

El término “cerrazón” aparece como epígrafe del poema de Atahualpa Yupanqui “Huella triste” (pág. 19) Dice Atahualpa:
               --------------------------
                La vida es un lazo largo
                estirao sobre la tierra.
                En una punta una dicha
                en la otra punta una pena.

                Así va mi corazón
                lleno de sueños y ausencias,
                sin encontrar su querencia,
                perdido en la cerrazón.


El poeta habla del dolor de la ausencia en “Tu partida” y “Ausencia” (pág.23)

            TU PARTIDA
Cuando la lluvia de tu ausencia
golpea el cristal de mi alma,
mis ojos se acercan
para mirar las lágrimas del tiempo.

Lejanos,
el relámpago y el trueno
no tienen espacio en mi silencio.

las cicatrices del alma y del cuerpo en “La helada” (pág. 25):
              
LA HELADA
Estoy podando las ramas resecas
que sobre el espíritu
quemaron las heladas
para dejar paso a los brotes nuevos
productos de la savia
que el frío no dañara.

Y  el árbol añoso formará copa
tal vez no tan frondosa,
tal vez no tan umbría
y otra será la vida silenciosa
con fuertes cicatrices
testigos de la herida.

Estoy podando angustias
a orillas de la vida.

pero seguirá andando su vivir otoñal aferrado a la vida, a Dios y a la esperanza en el poema “Voy andando” (pág.31).
La descripción del lugar que habita y el paisaje que lo circunda, tiñe su alma de luz y esperanza, en “Estampas del lar” (pág.35)

               A veces siento en el alma
               como un crepúsculo interno
               pero después amanezco
               mirando el alba en los cerros.

               Este mundo es el que habito,
               mezcla de luz y esperanza.
               el amor vibra en otoño
               la primavera del alma.

Los afectos, la relación padre-hijo en “Marcelo y el cuadro” y “El retrato” que reflejará al ser humano en esa foto inerte que cambiará de acuerdo a la óptica del que la esté mirando (pág.41):

                Será lo que tú quieras.
  callado está el retrato.
  Los ojos de tu alma
  verán en esta suerte
  al hombre enardecido
  que ha vivido su vida
  o al triste pasajero
  que caminó su muerte.

En el final, el poema “Vivir en positivo” que, como su nombre lo indica, reivindica lo positivo de la vida:
            
 Por eso hermano te cuento
 porque tú eres mi amigo,
 la vida es dulce y es bella
 viviéndola en positivo.             

La Segunda Parte, titulada Claridad, consta de quince poemas numerados, sin título, que comienza:
             …y luego una herida luminosa
             fue consumiendo las tinieblas.

El poema I, a manera de copla, pre-anuncia “la flor rosa a orillas del sendero”, y el epígrafe que lo precede resume todo: “una esperanza tranqueaba/ los guijarros del alma”.
La aparición de Rosa, esa flor que lo enamora, mitigará sus penas y alumbrará su vida otoñal, ese amor tardío, “amor entrometido que los citó en la serena esquina de la vida” como dice el epígrafe del poema IV (pág.61)
El renacer de las sensaciones que galopan como sangre fresca, en donde “el paisaje y el amor son el polen de mis sueños”, epígrafe del poema VII; y que culmina con dos versos que sintetizan lo sentido y lo vivido:

                 que hermoso sueño que sueño
                 sin tener que estar durmiendo.        (pág. 68)

La presencia o la ausencia momentánea de Rosa y la ansiedad de la espera (poema X), pues “la llovizna de un amor sin tiempo/ puso rumbo florecido a mi destino” (poema XIII); el agradecimiento a Dios en el final del poema XIV, con epígrafe de Oscar Wilde: “el verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible”:
                             
 …y como espejado en el paisaje
la blancura de mis sienes
abrigan
Un corazón ardiendo de amor.

Gracias Señor por poder decirlo
                           poder sentirlo
                           poder vivirlo. 
                          
El libro culmina con dos versos que citamos por ser el perfecto cierre para estos poemas en donde la presencia de Rosa, los atraviesa:
                 …he atravesado el túnel…
                 se ha detenido el tiempo.
Rescatamos el poema IX como síntesis de los quince que integran esta Segunda Parte, con un epígrafe que dice: “He muerto / para nacer en ti” (pág.71)


quién soy yo
sin el perfume de tu existencia,
quién soy yo
sin la concavidad de tu amor.

Vacío de mí,
Descalzo, camino de tu mano
Hacia la profunda humildad de tu ser.

Vacío de mí,
he muerto desnudo
para nacer en ti.

Sigue en 2011 , otro libro de poemas, De coplas y decires. Al comienzo del texto el autor inserta “Improvisando un prólogo” con epígrafe de Jaime Dávalos: “Quiero cantar esta copla por si acaso muera yo / porque nosotros los hombres/ hoy somos mañana no”.
Aquí Lemoine adelanta lo que van a ser sus coplas que define “como tropillas de antiguos versos…que aprisionaron los cerros” y que unieron recuerdos y versos. Así se suceden coplas a manera de contrapunto entre Julio y Rosa (Contrapunto I y II), el coplero que anda por la vida – Cople-ando es su título – y repartiendo su amor en versos; coplas surgidas en el 7° Encuentro de Poetas en Salsipuedes y en el 33° Encuentro Internacional de Poetas en La Paz; coplas con ritmo de chacarera (Coplas del Pedregal); de chaya (Una esperanza tranqueaba los guijarros del alma); de milonga (El pan del amor, como la paz, se amasan día tras día); de zamba (Amaranto Silva); las Coplas populares que integran el título de cada capítulo del Libro Tantanakuy poético y La Paz; las dedicadas a Alberto García (recordando sus primeros 70 años) y la última, El aguaribay, ese lugar para “deleite de toditos los sentidos” que tiene desde piezas artesanales a “especias, dulces, conservas/ ricos salames caseros / y unos quesitos de cabra/ que resucitan a un muerto” y que se encuentra camino a Loma Bola.
De las coplas pasamos a los “decires”, que en el prólogo del autor se definen así:

    … Y así oriento los decires
     trenzados en simples versos,
     para enlazar con las coplas
     latidos del pensamiento.

Y precisamente son esos “latidos del pensamiento” en temas como la felicidad, el amor, la generosidad, el orden, la poesía, la paciencia, la ancianidad etc. de las que sólo mencionaremos tres:

      -   la felicidad /  es inversamente proporcional a / la ambición –
-      el amor es la esencia de la vida/ el egoísmo es la muerte en la/ existencia.-
-      déjame vivir/ con el silencio de la piedra /es más elocuente que el grito/ urbano.-

En el mismo año publica Cartas literarias. En este libro, Lemoine rescata las cartas de sus amigos y elige la poesía para transmitir al lector todo lo que le interesa y el cariño que va en ellas.
Son cartas literarias a Negrita; a don Eduardo Peralta; a Nacho Labionda en homenaje a sus primeros 70 años; al Basko Rubén Iriart, de los pagos de Sauce Grande; a Lucrecia y Santiago, titulado “El Casorio”; a su comadre “la Maribeti”, de los pagos de La Carlota; al cumpa Gerardo de los pagos de los Cerrillos, Canelones, Uruguay; y la última, dedicada a Eduardo Vaschetti.

Finalmente, en 2011, su última producción de poemas, Poética del misterio.
Libro con epígrafe de Oscar Wilde al comienzo y de Mahatma Gandhi, al final. La temática de los poemas refieren a:
-      el universo y Dios (“Danza”)
-      el amor cotidiano y la ausencia (“Sobremesa”, “Trigal”, “Concierto en mí”, “Mi tejedora”, “Guitarra”, “Tiempo” y “Cuando tú no estás”)
-      la ancianidad y la vida que resurge siempre  (¿Y ahora qué?”)
-      los recuerdos (“El mate galleta” dedicado a Claudio)
-      la libertad (“Mano a mano con un zorzal”)
-      los consejos a los hijos, a Sandra y Gabriel (“Como los lirios del campo”)
-      Dios (“Sentidos”)
-      La explotación del hombre por el hombre (“Hombre”)
-      La inocencia del niño / la experiencia del hombre que ha andado la vida y le duele lo vivido (“El niño y yo”)
-      La implacable sequía del paisaje relacionada con la ancianidad y la soledad (“Sequía”) pág.19 
          
He visto

he visto
el rostro macilento de los árboles
transpirar la lágrima
postrera de tristeza.

he visto
al sol beber con voraz incandescencia
los últimos azules
de las llanuras mustias.

he visto
calcinada la osamenta de la vida
blanqueando con espanto
despojos de hambre y sed.

He visto
la soledad desolada de aleteos
profunda de silencios
acallados los vientos

he visto
los muñones leñosos
elevarse en plegarias
de vanas rogativas

he visto
sobre el pedregoso lecho enmudecido
como rescoldo inerte
del olvido del canto

he visto
resquebrajarse la cáscara del suelo
oxidada memoria
de extinguida laguna

he visto
resecada la garganta de la tierra
gimotear en el ocre
postrer de la agonía

he visto implacable la sequía.

  Y el retorno a casa, que es claridad y de color verde / la ciudad que deja atrás, esa Buenos Aires de los barrios privados, Puerto Madero, la inseguridad, la Terminal, los piquetes, las autopistas, el hacinamiento, en el poema “Regreso”.


Hemos hecho un largo y rápido recorrido por los textos de Julio Lemoine. Quizás no tan exhaustivo como la obra del mencionado autor lo exigiera pero sí conscientes de haber transitado sus “versos y oraciones de caminante” (en palabras de León Felipe). Versos y oraciones que lo acompañaron en su camino y que, nosotros lectores, hemos caminado con él. Lemoine es un observador sagaz de lo cotidiano, que va desde las descripciones del paisaje circundante hasta los estados de ánimo de sus personajes. Y así fluctúa entre la nostalgia, la melancolía o la tristeza y las ansias de beberse la Vida a borbotones; entre el sufrimiento personal o la tragedia social de un país “desguasado” por la falta de justicia, amor, solidaridad y el latrocinio moral, a la esperanza de una salida. Y es quizás esta palabra, la esperanza, la que trasciende su poética y lo ubica, junto a la fe, en ese lugar de salvación de lo mundano, de lo caótico. Poesía intimista, contextualizada y vertida en textos vividos y sentidos. Los últimos versos de su poema “Vivir en positivo” así lo dicen:
              Por eso hermano te cuento
porque tú eres mi amigo,
la vida es dulce y es bella
viviéndola en positivo.

O en su poema “Voy andando” (pág.31) en Amor sin tiempo.

Voy andando el espacio de mi tiempo
sobre la mustia piel de este planeta
desolada por hombres ambiciosos…
voy buscando mi estado anacoreta

Voy andando la instancia de la vida
que fluye de mi ser a borbotones;
no sé bien si es imagen detenida
o el latido de tenues ilusiones.

               Voy andando la sombra del silencio,
               macerado el vigor de la templanza
               tratando de volar el universo
               con el canto vital de la esperanza.

               Voy llevando el amor en faltriquera,
               voy sin prisa y sin pausa…, caminando,
               empapado, mi Dios, con la alegría
               y aferrado a la vida… Voy andando.

Lic. Susana Bonansea