viernes, 10 de julio de 2020

Penélope y las doce criadas - Margaret Atwood


PENELOPE Y LAS DOCE CRIADAS


Penélope y las doce criadas     


Margaret Atwood toma el relato épico de la “Odisea” de Homero y crea una versión en donde la historia está vista desde la óptica de Penélope y no de Odiseo. La autora especifica al final del libro que ha tomado como fuentes a  Robert Graves (“Los mitos griegos”), himnos homéricos y “Trickster makes this world” (El pícaro hace el mundo) de Lewis Hyde para comprender mejor al personaje de Odiseo y que “el coro de las criadas es un homenaje a los coros del teatro clásico. La costumbre de dar una versión burlesca de la acción principal surgió en las obras satíricas antes que en la tragedia”.

La intertextualidad se observa en la recreación del mito homérico. Todos conocemos la historia de Penélope, su casamiento decidido por su padre con Odiseo; la guerra de Troya desatada tras el incidente de Paris y Helena, por el cual Odiseo debe partir y Penélope queda sola al mando del castillo en Ítaca y al cuidado de su hijo Telémaco. Transcurren los años y a Penélope le llegan rumores de la existencia de Odiseo que se divulgan de boca en boca. Mientras tanto asoman los pretendientes que quieren seducir a la reina y ella, con sus doce criadas, planea que ellas se infiltrarían entre los pretendientes mientras Penélope tejía y destejía el sudario de su suegro Laertes por las noches. Pero la estrategia es descubierta, surge la amenaza de que matarían a su hijo. Finalmente, aparece Odiseo vestido como un mendigo, los desafía en demostrar la habilidad para tensar su arco, vence y desata su venganza asesinando al centenar de pretendientes y ahorcando a las doce criadas que osaron haber tenido relaciones con sus enemigos sin su consentimiento. Pero las mentiras y desconfianza entre ellos ya está instalada.

Hasta acá el mito clásico como lo conocemos. Pero la genialidad de Atwood está en plantear la novela como memorias póstumas de Penélope; ella está en el Hades, en el siglo XXI, la voz es la de la heroína y su visión no solo de Odiseo, el destino de sus fieles criadas sino también del mundo actual. El final es otro. La ironía y hasta cinismo propios de la mirada femenina de Atwood le da una vuelta de tuerca al mito homérico. Plantea una visión distinta de la historia mítica que atrae por diversa, crítica y verosímil. Y el haber resaltado el papel de las doce criadas que, a modo de coro, hacen oír su voz en una sociedad patriarcal que las menosprecia y margina. Los reproches a Odiseo: “Somos las criadas/ que mataste/ las criadas traicionadas/ colgadas en el aire/ quedamos agitando/ los desnudos pies”, cantan las doce criadas en uno de los capítulos de la novela.

Me he decantado por dejar que fueran Penélope y las doce criadas ahorcadas quienes contaran la historia. Las criadas forman un coro que canta y recita y que se centra en dos preguntas que cualquier lector se plantearía tras una lectura mínimamente atenta de la Odisea: ¿cuál fue la causa del ahorcamiento de las criadas? Y, ¿qué se traía entre manos Penélope? La historia como se cuenta en la Odisea no se sostiene: hay demasiadas incongruencias. Siempre me han intrigado esas criadas ahorcadas”, reconoce la narradora canadiense.

 Publicada originalmente con el título The Penelopiad (2005), Atwood advierte en el prólogo que la Odisea de Homero no es la única versión de la historia. “Originariamente, el material mítico era oral y también local (los mitos se contaban de forma completamente distinta en diferentes lugares). Así pues, he recogido material de otras fuentes, sobre todo relacionado con los orígenes de Penélope, los primeros años de su vida y su matrimonio, y los escandalosos rumores que circulaban sobre ella."

Margaret Atwood invierte la perspectiva y crea una novela atractiva, interesante que muestra su talento narrativo y originalidad.